martes, 23 de agosto de 2011

Estimado

¿Por qué no puedo amar? Si siento la necesidad de hacerlo,
Mi corazón palpita más fuerte que nunca, con una necesidad
Incontenible de demostrar una frenética locura, una 
Nueva aventura con un rumbo sin fijar, en el que su historia
La escriba con alguien especial que sienta lo mismo que yo.
Pienso y reflexiono, generando en mí sentimientos dubitativos:
¿Acaso las mujeres sienten miedo de sentir lo mismo que yo?
Miedo, quizás, ¿a salir lastimadas? El amor es eso, arriesgarse,
Animarse a caminar de la mano por la vida con los ojos cerrados,
Saltar con paracaídas, sin tener la certeza de que tengamos uno.
Es lo más necesario que puede tener el hombre, pues nos libera
De un mundo material, con relaciones sociales basadas en intereses económicos.
Sé que esta sobrestimado, pero yo creo en él, y estoy orgulloso de saber que moriré
Con las banderas del amor clavadas en mi pecho.
Miro a aquellos que lo estiman y siento lastima, veo lo miserable que son sus vidas,
Totalmente vacías, rellenas con estas relaciones muertas, superfluas.
Búrlense todo lo que quieran, no lograran quebrantar mi espíritu, soy felíz porque amo,
Porque soy uno de los pocos que conoce ese sentimiento y alguna vez pude compartirlo, y
Porque sé que nunca se agotará en mí, ojalá todos pudieran decir lo mismo...
Todo lo que necesitamos es amor, incondicional y puro. (Giovanni Roncoroni)

viernes, 12 de agosto de 2011

Puntos de vista


Sombra prófuga 
No puedo trasmitirles lo que siento, no se ni cómo. Nadie puede sentir lo que siento yo, y no se lo deseo a nadie. A todos nos acompañan, menos a mí. Todos tenemos una sombra desde nuestros comienzos de vida que crece junto a nosotros… que es parte nuestra. Pero a mí, me abandonó. Pude notarla inquieta unos días antes de su partida pero le reste importancia, pensé que sería cuestión de luz escasa. Hasta que aquel día en el parque mi sombra borrosa y movediza desapareció. Atiné a darme vuelta para verla irse lejos, tan rápido que parecía volar. Ahora, mis ratos de soledad son aún más desolados…

Sombra revolucionaria
 Aquel día en el parque desperté de una vida de sombra, salí de las penumbras y comencé a vivir mi vida, siguiendo un camino propio. No soportaba no poder andar a mi ritmo para no pisar los talones de otro, no dejar huellas por estar siguiendo un camino que ya fue transitado. Tuve una revolución interna unos días antes y la externalicé, por fin, ese día con aire de otoño. Ahora respiro libertad, ahora no tengo dueño ni forma. Sólo adopto una cuando formo parte de una respiración lenta y sentida que atrasa las agujas del reloj, de esas miradas que no ven ojos porque ponen su foco en el corazón, de los abrazos que de dos personas hacen una como también de las reveldías con causa que luchan por un mundo más libre y para todos… Cuando crezcamos como personas entenderemos que no debemos amarrar para tener acceso a lo que se busca, que no se ha de ser dueños más que de uno mismo.

martes, 9 de agosto de 2011