viernes, 12 de agosto de 2011

Puntos de vista


Sombra prófuga 
No puedo trasmitirles lo que siento, no se ni cómo. Nadie puede sentir lo que siento yo, y no se lo deseo a nadie. A todos nos acompañan, menos a mí. Todos tenemos una sombra desde nuestros comienzos de vida que crece junto a nosotros… que es parte nuestra. Pero a mí, me abandonó. Pude notarla inquieta unos días antes de su partida pero le reste importancia, pensé que sería cuestión de luz escasa. Hasta que aquel día en el parque mi sombra borrosa y movediza desapareció. Atiné a darme vuelta para verla irse lejos, tan rápido que parecía volar. Ahora, mis ratos de soledad son aún más desolados…

Sombra revolucionaria
 Aquel día en el parque desperté de una vida de sombra, salí de las penumbras y comencé a vivir mi vida, siguiendo un camino propio. No soportaba no poder andar a mi ritmo para no pisar los talones de otro, no dejar huellas por estar siguiendo un camino que ya fue transitado. Tuve una revolución interna unos días antes y la externalicé, por fin, ese día con aire de otoño. Ahora respiro libertad, ahora no tengo dueño ni forma. Sólo adopto una cuando formo parte de una respiración lenta y sentida que atrasa las agujas del reloj, de esas miradas que no ven ojos porque ponen su foco en el corazón, de los abrazos que de dos personas hacen una como también de las reveldías con causa que luchan por un mundo más libre y para todos… Cuando crezcamos como personas entenderemos que no debemos amarrar para tener acceso a lo que se busca, que no se ha de ser dueños más que de uno mismo.

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